domingo, 18 de noviembre de 2012

Un año y diez meses atrás..


Ya no aguantaba más, pero ¿quién se cree que soy?



Trabajaba como recepcionista en un importante hotel de la zona; para mi desgracia, mi compañero y yo, eramos totalmente incompatibles.


Por supuesto, como grandes profesionales que éramos, nada era visible antes los ojos de los demás, y, mucho menos, de los clientes.

Nuestra relación, se disfrazaba de falsa  amistad, y, a la luz de todos, Esteban y yo, eramos los grandes compañeros.
Todos sentían envidia respecto a nuestra relación, compañerismo y cordialidad, era nuestra definición.

Ay, si ellos hubieran sabido.
Conocéis a esa clase de personas aduladoras, encantadora, tremendamente..falsas!
Que levante la mano, quien no se haya encontrado nunca con alguien así, -ya me parecía a mi.
Esteban venía de Andalucía, por lo que desde un principio, me ofrecí a llevármelo de cañas y a enseñarle la ciudad.

Nuestras salidas cada vez eran más continuas, hasta convertirse en un ritual.
Todos los sábados después después de acabar el turno, colgábamos la americana y salíamos dispuestos a pasarlo en grande.

No penséis mal.

No era ningún secreto la condición sexual de Esteban.
Él, siempre estaba haciendo bromas al respecto.

Todos estábamos encantados.
Le presenté a mi novio, y éstos hicieron muy buenas migas.
De vez en cuando, se nos sumaba algún compañero de la recepción.

Yo estaba encantada con esta nueva amistad, y el buen rollito que había en el trabajo.

Además, en dos semanas tendría mis quince días de vacaciones, y ya tenía los billetes reservados para irme a Punta Cana con mi novio.

Era viernes, y teníamos el turno de mañana, cuando le pregunté a Esteban qué planes tenía para el fin de semana.

Me dijo que no se encontraba demasiado bien, y que prefería quedarse en la habitación descansando, -el hotel, le había cedido una de las bohardillas para vivir temporalmente, acompañado de una pensión completa.
No pregunté.

De camino a casa, hice una parada en el videoclub, compré un par de paquetes de palomitas, y alquile dos películas, 
"La vida es bella" y, "El silencio de los corderos".
Cuandro entré por la puerta, Pluto, mi perro, vino a recibirme.

Me encontré una nota en la mesa del recibidor;

"Char, he salido con mis amigos a tomar unas cervezas, no me esperes levantada que la noche va para largo, mañana te lo compenso Te quiero, Carlos."

No os voy a mentir, me dio rabia. Pero, estaba cansada de discutir.

Lo primero que hice fue quitarme los tediosos tacones, que me estaban matando, deshacerme de las medias y el uniforme, y ponerme el pijama.Así, sí. 

Una vez cómoda.

Me dirigí hacia la cocina y me serví una copa de Tinto Reserva, Marqués de Cáceres.
Abrí el microondas y coloqué las palomitas.
Alargué un brazo para coger la bolsa del videoclub y sacar los dos dvd´s.

-¿Qué te apetece ver primero, Pluto? ¿La vida es bella, o,el silencio de los corderos?

Optamos por la segunda opción, abrí la carátula, extraje su contenido,y, lo introduje en el dvd.
Cogí el vino y las palomitas, y me acomodé en el sofá, Pluto se posó sobre mis pies.
Con el mando en la mano, le di al "play".

Esperé a que el vídeo se cargara..y esperé..esperé, y volví a esperar..

Nada.No funcionaba.
Probé con "la vida es bella".
Tampoco.

-Este maldito dvd..! -hoy no es nuestro día de suerte.

Empecé a hacer zapping, nada por aquí, nada por allá..
Que asco de televisión.

Mis únicas opciones eran, la novela chorra de la sexta, los nunca-repetidos capítulos de los simpson, en antena 3, Sálvame, Sálvame deluxe, La Nória, Granjero busca esposa..no, no no y no, gracias.
Apagué la televisión.

Viernes por la noche, sola en casa, que aburrimiento, ¿qué podía hacer?
Le envié un mensaje a Esteban;

-Hola, ¿cómo estás? ¿te encuentras mejor?
A lo que no obtuve respuesta.

Treinta minutos más tarde seguía sin obtener respuesta de Esteban, así que decidí darle una sorpresa.

Todavía no son ni las diez, de un viernes noche, no creo que Esteban esté durmiendo.

Cogí los dvd´s. Me incorporé y entré en mi habitación.
Abrí el armario y cogí el primer chándal que pude encontrar.

De camino hacia el hotel, paré en la gasolinera y compré una bolsa de patatas Ruffles jamón jamón, un paquete de donuts de chocolate, una botella de Smirnoff y un par de latas de Fanta de limón.

Cargada de bolsas entré en el hotel.

En mi camino, se cruzó Sonia, una campañera con la que nunca coincidía por cuestión de turnos.

-Ey Char! ¿qué estás haciendo por aquí? creía que tu turno acababa a las tres.

-Así es, he venido a ver a Esteban, que hoy estaba pachuchillo, el pobre, ¿le has visto por aquí?

-Hace un par de horas salía del comedor, supongo que debe estar en su habitación.

Me despedí de Sonia y proseguí mi camino.

Cuando me hallé de la habitación de Esteban, golpeé con mis nudillos contra la puerta.
Nadie abrió.
Así que volví a golpear.Nada.

De dentro provenían unos extraños sonidos, debe de estar viendo la televisión con el volumen a tope, ay! éste Esteban..
Me acordé de que tenía una copia de la tarjeta que abría la puerta, así que, ni corta ni perezosa, la introduje en la ranura de apertura.

Muerta.Me quede muerta.

Sentado en el borde dela cama estaba Esteban, desnudo.
Arrodillado frente a el, Mario, el director del hotel.

Continuara..

1 comentario:

  1. Jjajajjaja..... que bueno . Yo creia que eso solo pasaba en las peliculas .

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